Cuando estamos muy preocupados por un tema, nuestras emociones están muy exaltadas. Con las emociones a flor de piel, es difícil ser un buen observador, ver los hechos de forma imparcial, o no salirse de tono. Del mismo modo, el muestrario de posibles soluciones para nuestra preocupación, se hace mucho más pequeño. Y por otro lado, nos preocupa tanto la cuestión, que dejar de hacerlo, o disminuir el volumen de la misma resulta casi imposible. Una buena técnica para dejar levemente las emociones a un lado: escribir o describir lo que me preocupa, igualmente, las posibles soluciones, con sus "pros" y sus "contras". Esta simple acción, hace que podamos ver los hechos de una forma ligeramente más objetiva. Vale la pena.
PSYSI