Tenemos la idea generalizada de que son los sucesos que ocurren a nuestro alrededor, los que determina nuestros estados de ánimo. Esto no es así. Los estados de ánimo cambiantes son inherentes al ser humano. Cambiamos constantemente de estados de ánimo, independientemente de las circunstancias que sucedan a nuestro alrededor. Los estados de ánimo suben y bajan constantemente, en un minuto, en un día, en unos días, pero nunca pasamos demasiado tiempo sin que cambien. Así, veremos la vida y sus circunstancias de forma diferente, si estamos con el ánimo alto, o si estamos con el ánimo bajo. De ésta forma, una circunstancia triste, nos va a producir un sentimiento de tristeza. Pero ese sentimiento de tristeza, se encontrará previamente con una persona que tiene un estado de ánimo bajo, o con una persona que tiene un estado de ánimo alto. Si estamos con un estado de ánimo bajo, ¿qué ocurrirá?, que sentiremos esa tristeza de una forma mucho más catastrofista y derrotista. Y si estamos con un estado de ánimo alto, sentiremos igualmente ese sentimiento de tristeza, pero seremos más capaces de consolarnos, de animarnos, y de salir de él más rápidamente. Tengamos en cuenta nuestros estados de ánimo, pues la misma circunstancia puede tener reacciones muy diferentes por nuestra parte.
PSYSI