PSYSI
viernes, 26 de febrero de 2010
Ese compañero de viaje
Todos tenemos un compañero de viaje en nuestra vida que es el miedo, el miedo nos acompaña a lo largo y ancho de nuestra existencia, pero lo que no puedo permitir es dejar que los miedos bloqueen y dirijan mi vida. ¿Cómo puedo manejarlos? , sólo hay una forma de hacerlo, lo único que puedo hacer es afrontarlos, si huyo es mucho peor, porque entonces el miedo será cada vez más grande, si tienes miedo a hacer algo, HAZLO, en cuanto lo hacemos el miedo desaparece o se hace más pequeño. Esto no es tan fácil, pero aún así tenemos que intentarlo, una y otra vez, las que sean necesarias; tengamos en cuenta que los miedos al principio siempre son pequeños, crecen a medida que huimos de ellos y no los afrontamos, así que tenemos que afrontarlos cuanto antes. Además los miedos funcionan como una mancha de aceite, imaginemos que tenemos miedo a algo y en vez de afrontarlo lo que hacemos es huir de él, evitarlo, lo que suele ocurrir es que el miedo no solo se hace más grande, sino que va afectando a otras facetas de nuestra vida y acabamos teniendo miedo a muchas otras cosas. Así que SI TIENES MIEDO, HAZLO.
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ResponderEliminarMe parece genial lo de intentar superar los miedos, yo ya lo he consiguido con el miedo a volar, voy a intentar superar otros que tengo y ya te contaré. Lola
ResponderEliminarVaya , han censurado mi entrada ... ó quizá la han eliminado por inepta . Intentaré superar mi miedo a un nuevo fracaso , y diré que , como ya dije anteriormente , el miedo es mi compañero mas fiel y nunca me ha abandonado para irse con otro . En todo caso , saludos a PSYSI , desde Nueva York , de WODDY ALLEN.
ResponderEliminarA mi me parece que el miedo no existe y que en realidad sólo tenemos pensamientos temerosos de manera que si controlamos esos pensamientos y distinguimos lo que es una prudencia razonable de un miedo sin razón eliminamos aquel.- Por ejemplo LOLA dice haber conseguido superar el miedo a volar y al respecto el avión es el medio de transporte mas seguro por lo que ha superado un miedo irracional.- Enhorabuena pues no debemos debemos tener miedo de lo normal . Saludos a todos de SAN VALENTON
ResponderEliminarPues yo tengo miedo de muchas cosas y no sé cómo superarlo. Decis HAZLO pero no puedo . Me da miedo por supuesto volar , pero también la opinión de los demás y las reuniones sociales. Bueno , y podría seguir y seguir citando miedos , claro . Creo pues que el compañero de WODDY le ha sido infiel y no se ha enterado. SAN VALENTON creo que va de pose y mis técnicas de afrontamiento suelen ser bochornosas .¿ Algún buen consejo ? ¿ Necesito terapia ?
ResponderEliminarPues yo creo que el miedo también puede tener su lado positivo, porque esa sensación, o sentimiento, puede avisarnos de que debemos tener cuidado con algo verdaderamente peligroso ¿ o no?
ResponderEliminarEl miedo también puede hacernos desistir de entablar una discusión, improductiva, con alguna persona que sepamos de antemano que es verdaderamente agresiva ---en cualquier sentido agresiva---, persona con la que no hay la más mínima probabilidad de llegar a una conclusión amigable en un conflicto, por ejemplo. Hay personas que por un pitido de un coche, se bajan del suyo y le arrean al pitador un pistoletazo o un navajazo, sin más ni más.
El miedo puede hacernos desistir de dar una batalla en la que sabemos que nuestro oponente tiene un poder grande sobre nosotros. Tal sería el caso de un encontronazo entre un jefe irreflexivo y prepotente y una persona que acaba de encontrar un trabajo. ¿A quién le gusta salir de perdedor en un conflicto? Sabiendo el fracaso de antemano, ¿no serían peor las consecuencias de este encontronazo que el miedo mismo al encontronazo?
Seamos listos con el miedo o los miedos. Avispados, maquiavélicamente parciales a nuestro favor. Por algún lado de este rincón he leído que hay que mirar siempre lo que nos conviene. Pues eso, miremos siempre que estrategia es la que "nos conviene" adoptar en cada caso y cuáles son sus beneficios y cuáles sus pérdidas. Y si es el momento adecuado o no.
Creo que no siempre es acertado hacer frente a los miedos. La evitación, la huida ante un miedo concreto, puede ser la única vía posible para no salir peor que de lo que estamos antes de entablar con un miedo una batalla para la que no estamos preparados.
Tiberio Claudio sobrevivió al asesinato de toda su familia utilizando el camuflaje de tonto e inofensivo. Y acabó el muy listo de emperador, republicano, eso sí, pero emperador de Roma. Ahora bien, Claudio se hacía el tonto, pero no se consideraba a sí mismo un tonto. El camuflaje, que es un mecanismo de huída hecho filigrana elaborada, también puede ser útil ante el miedo.
Desde luego es cierto que el miedo a Calígula desapareció únicamente cuando sus pretorianos lo asesinaron, pero ¿era Claudio un pretoriano aguerrido para intentarlo?
El miedo a volar, por ejemplo. Si el que padece este miedo no se entrena previamente antes de enfrentarse al miedo a morir en un accidente aéreo y se monta en un avión transoceánico, antes de estar preparado para hacerlo, el asunto puede acabar mal, incluso muy mal. Incluso fatal de la muerte, llegado el caso.
Desde luego, cierto es que los miedos no desaparecen hasta que no se les planta cara, pero conviene ir antes a coger el músculo pertinente --- ese músculo, el que toca en cada caso--- al gimnasio mental del primo de Zumosol. Y tener, SIEMPRE, alternativas en la batalla.
Que los miedos no desaparezcan hasta que no se les enfrente cara a cara ---cosa cierta, sin duda alguna--- no debe ser confundido con que el miedo ¡bah! es que da "un miedo así de chiquitín", al que se puede vencer nada más que con un poquitín de buena voluntad. No es así.
Y sin embargo... estoy en la más declarada creencia de que hay que procurar estar lo más libre posible de miedos, lo cual parecería estar en contradicción con lo escrito en párrafos anteriores. Pero no lo está.
Mi criterio ante los miedos es no dejar que se hagan grandes, cuando esto es posible. Cuando sean unos miedos pequeñitos, ¡zas! capón al canto. ¿Y para los grandes miedos? Pues estudiarlos, analizarlos... y prepararse, preparase y prepararse para intentar vencerlos... ¡pero cuando se esté en condiciones de hacerlo!
¿Y para los miedos de orígen desconocido? ¡Puf! ¡ahí es nada el intríngulis de los miedos que emergen del inconsciente! Esto es ya para profesionales. Y yo no lo soy.
Para acabar... ¡no me da la gana de vencer el miedo que tengo de hacer puenting! Conste.