jueves, 21 de octubre de 2010

Aceptar para cambiar.

Puede que haya muchas cosas de nosotros que no nos gusten. El aceptarlas, no supone validarlas, ni resignarse a ellas. El aceptarlas nos permite mirarlas y observarlas, de forma tranquila y serena. Solo si las aceptamos y observamos, podremos plantearnos la posibilidad de cambiarlas. Estos proyectos de cambio, los apoyamos en la realidad, en lo que es posible, en pequeñas dosis, y en metas cercanas, pero siempre desde la aceptación. ¿Cómo podríamos cambiar algo que no aceptáramos?.

PSYSI

7 comentarios:

  1. ¿Cómo puedo aceptar lo que no me gusta?, como no me queda más remedio tendré que aguantarme, pero aceptarlo, precisamente porque no lo acepto quiero cambiarlo, ¿no es así?.

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  2. Pues no, no es así, en primer lugar no hay nada feo en nosotros, solo hay "perfectas imperfecciones",¿que algo debemos mejorar? ¡siempre! porque estamos vivos y evolucionamos.

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  3. Totalmente de acuerdo Juana, si no evolucionamos, si no cambiamos, es que no aprendemos, y a aprender es a lo que hemos venido.

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  4. madrugador pero menos22 de octubre de 2010, 11:08

    Eso de que no hay nada feo será en algunos y no me refiero al físico precisamente por lo que llamale h pero nada de evolucionar sino mas bien cambiar aquello de nosotros que no nos gusta.

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  5. En desacuerdo con Juana y con la primera madrugadora pues cambiamos pero no para aprender sino para sentirnos mejor y esa emoción ó sentimiento no depende de imperfecciones .

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  6. Lo que aceptas , Enrique , es que hay algo que no te gusta . Aceptas también que quieres cambiarlo y lo intentas , aceptando también y motivandote en no conformarte y en querer el cambio.

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  7. En la hora de la siesta22 de octubre de 2010, 15:56

    Dormilón, madruga más y date cuenta de que no eres el mismo que cuando tenías 15 años. ¿no has evolucionado?, para sentirte mejor y para adaptar tu cuerpo y tu mente a tu edad, nunca son las mismas nuestras necesidades ni las circunstancias de nuestra vida.
    Y las "imperfecciones" son parte de la perfección que nos distingue del resto de los humanoides...
    En realidad dices lo mismo que Juana y primera madrugadora, simplemente le das la vuelta para nada.

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