Cuando somos niños tenemos el anhelo de ser mayores, crecer y aprender. Lo que no sabemos, es que nunca dejamos de ser niños. Esto a veces se nos olvida, y nos ponemos muy serios. Recupera el niño que hay en ti. Déjalo que se divierta, que juegue. Que expanda su curiosidad y su inquietud por conocer y saber. Deja salir a ese niño que se sorprende por todo lo nuevo que conoce. Que disfruta con lo que hace y con lo que ve.. Que abraza, que se acurruca en sus seres queridos, y muestra su cariño por doquier. Que no se nos olvide que nunca dejamos de ser niños.
PSYSI
Necesitamos jugar más, reir más, abrazar más, como los niños, nos hacemos mayores y se nos olvida, y en el fondo todos estamos deseando sacar el niño que llevamos dentro, yo lo saco con frecuencia y me lo paso muy bien
ResponderEliminarHola Juana
Si la infancia es una enfermedad, nos curamos demasiado pronto de ella.
ResponderEliminar¡¡¡Hola Rafa!!! ¿surcando los caminos de la sabiduría para luego alimentarnos con ella?
Yo por aqui, soportando la insoportable levedad del ser, del sol que nos quema, del asfalto que se nos derrite a los pies.
Sintiendo los sinsentidos y luchando por jugar y por reir, por mantener a la niña, por no curarme de su enfermedad, que la haría desaparecer.
Y no quiero....
Y ahora, para la conversación de ayer.
ResponderEliminarCon todos mis respetos ante mis detractores en mi comentario de "la responsabilidad emocional"...
Nadie, nadie, tiene la fórmula mágica de la continuidad, ni siquiera se pretende.
No se debate sobre esto, sino sobre algo más profundo y más débil, si cabe.
Cuando uno solicita y entrega su corazón a otra persona, la acoge, la protege, le abre sus puertas, sus entrañas, la quiere, la mima, la abraza, le dice que la ama, la enamora porque conoce los resortes que hay que activar para enamorar.
Recoge en sus manos un alma que se entrega, que lo da todo, que se expande, que se acopla.
Esto no se puede tratar con libre albedrío, (Voluntad no gobernada por la razón, sino por el apetito, antojo o capricho).
Las rupturas, como los comienzos son de dos, y hay que pactarlos.
Cuantas razones damos para enamorar y cuan pocas damos en el desamor....
No me vale una respuesta rápida, sino una profunda reflexión.
De niña aprendí:
ResponderEliminarQue la felicidad no se encuentra en lo que una persona tiene, sino en lo que la persona es.
Que dar y perdonar es mas gratificante que vengarse.
A valorar mas la amistad que el ego
Que hay placer en la fuerza de motivar a otros, no en la falsa fuerza de humillar
Que la belleza de una persona no se ve con los ojos, sino con el corazón.
A abstenerme de juzgar, sabiendo que todas las personas estamos dotadas de cualidades y defectos, y que la aparición de unas u otros depende de la ayuda ofrecida o el daño infligido por otros.
Mi propósito en la vida es compartir lo que aprendí..., y volver de vez en cuando a esa niñez...
Gracias por compartirlo....alma en pie
ResponderEliminarAlegría , risas , juegos , diversión , vivir el momento presente con toda intensidad , ausencia de culpa , ninguna preocupación , fantasía , pasarlo bien , disfrutar ...
ResponderEliminarLos niños ó algunos niños son felices o lo son en algunos momentos ...
¿ Nos aplicamos el cuento ?
No podemos decir que las rupturas haya que pactarlas pues los pactos suponen el acuerdo de las partes y sería sorprendente que si mi pareja decide abandonarme porque ya no me quiere me negara yo a dar mi consentimiento y no se lo permitiera .
ResponderEliminarSeamos claros en la exposición porque no se trata de pretender una continuidad impuesta ni de formulas mágicas y de corazones acogidos sino de que gobernadas voluntades por emociones sinceras y no abstraídas pueda la pareja decidir su permanencia o separación sin engaños ni abalorios porque no valen cantos de sirena ni flautas desafinadas cuando herir sentimientos se pretende
ResponderEliminarPues seamos del todo claros: he aquí que me he muerto. Puedo ¿o tengo que pactarlo? ¿Hiero sentimientos? Que nadie me guarde luto, muero de aburrimiento.
ResponderEliminar"La vida es un juego que continúa con la muerte. Cuando yo me muera conduciré un ingrávido descapotable de color azul celeste" (in memoriam)
¡Cómo está el patio!...Y yo con éstos pelos...
ResponderEliminarJa,ja,ja, Perdóname funánbulo, pero es que me da mucha risa un muerto que habla.........
ResponderEliminarMiraré al cielo y si te veo pasar llamaré a la NASA para que estudie el caso.....(risas sin parar)
Eres inconsistente y cómico , salvo por tus salidas de pata de rana , pues si ayer me llamabas y suplicabas y ahora te quieres hacer el muerto es que no sabes ni de que hablas y se que me amas pero no encuentras la forma y por éso tiendo a perdonarte , pero aclara ya tus sentimientos pues pena y tristeza das por tus memorias , funámbulo pobre y gris.
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